Sensible mirada sobre lo político / La Nación Espectáculos / 30-04-13

Por Carlos Pacheco
Martes 30 de abril de 2013, La Nación Espectáculos

 
Crónicas de un comediante , en 2008, mostró a un personaje denominado Bachín, que recuperaba la vieja tradición del monólogo político en el espectáculo de Buenos Aires. Sus cualidades: aire chaplinesco y cierto desparpajo en su forma de hablar que remite a grandes comediantes nacionales como Alberto Olmedo, Tato Bores, Luis Sandrini. Manuel Santos Iñurrieta, el creador de esta criatura y director del grupo Bachín Teatro, pareciera no querer dejarlo relegado. Por eso ese comediante tuvo una breve aparición en la obra La gracia de tener (otra creación de la compañía) y ahora se anima a un nuevo unipersonal, Mientras cuido a Carmela (Poético monólogo de humor político) , que presenta en el Centro Cultural de la Cooperación

Interesados en el teatro político, los integrantes del Bachín Teatro continúan profundizando sus búsquedas. "La idea es seguir indagando en determinadas formas del monólogo político, pero no quedarnos únicamente ahí -cuenta Iñurrieta-. La idea es armar un relato que tenga que ver con lo emotivo. En este caso, es el vínculo de un comediante que está queriendo escribir una obra mientras cuida a una niñita. La intención es pensar que el mundo de las ideas también está alentado por una humanidad muy grande, donde la emoción, lo afectivo, también están presentes. Queremos seguir pensando un teatro con características épicas, con algunos lineamientos de Brecht, para así encontrar una épica latinoamericana, en este presente, y con cualidades nacionales."

Así planteado, el proyecto suena muy ambicioso, aunque, en verdad, viendo los espectáculos del grupo, ellos trabajan a partir de circunstancias siempre muy cotidianas. "Queremos pensar la épica como algo más cercano -aclara el actor y director-. La idea no es pensar la épica como el gran relato de la epopeya o de la gran batalla y el héroe. Sino buscar gestos más cercanos. Pensar en ese señor o señora que se levanta a la mañana y va hacia el trabajo con la esperanza en el porvenir. Ahí, en ese gesto hay algo de poético y de épica, y ésas son las cosas que también a uno lo conmueven y le dan un sentido a nuestra tarea, al hacer."

Cuando se le pregunta a Manuel Santos Iñurrieta acerca del crecimiento de su personaje, explica que se va complejizando igual que la vida del actor que lo interpreta. "Se va encontrando con nuevos conflictos que tienen que ver con la vida, el arte, el teatro. Se va cargando de nuevos sentidos, desafíos, de historias nuevas. Va tomando cosas de nuestro teatro y de nuestros comediantes. En él cada cosa va dejando marcas. En algunos aspectos, podría decir que muchos personajes forman parte de él y son los que hicieron nuestra historia teatral, son nuestro legado."

-¿Cómo sintetizás estas búsquedas de lo político en un marco teatral como el actual?

-A nosotros siempre nos interesa indagar los vínculos del teatro con lo político. Y esto último no está dado exclusivamente por la temática. Trabajar en grupo ya es algo político, igual que la búsqueda de los andariveles por los que vamos a trabajar la expresión. Nos interesa entablar un diálogo con un espectador que está vivo, que piensa, que siente y vibra en este presente. Ya esa actitud de ir a entablar un diálogo nos parece diferenciador respecto de otras formas de lo teatral en los que los espectáculos se muerden la cola porque los procedimientos dialogan con ellos mismos. No tenemos la vocación de hacer un teatro político para decir cómo va la realidad del mundo, sí vamos a dejar entrever lo que pensamos y creemos.



Por Carlos Pacheco
http://www.lanacion.com.ar/1577524-sensible-mirada-sobre-lo-politico



"Mientras cuido de Carmela del Bachín Teatro"

Por María de los Ángeles Sanz
Martes 23 de Abril de 2013, Luna Teatral - http://lunateatral.blogspot.com.ar/ -


    Un cuerpo en escena narra y se narra a sí mismo; el actor entra y sale de su personaje para dar cuenta de una historia que se presenta atravesada por nuestro pasado y nuestro presente y por la metáfora y la poesía que nos ponga en condición hacia el futuro, futuro representado por Carmela que duerme, sueña o llora, desde su pequeño mundo que cabe en un cochecito, para exigirnos a todos que cuidemos del espacio y el tiempo que le pertenecen, y que necesariamente va a ser el resultado de nuestras acciones de hoy. 

    El actor Manuel Santos Iñurrieta1 lleva adelante con excelencia su monólogo, interpelando a su público, único en esa noche única, utilizando procedimientos que recuerdan a los desarrollados por el actor popular argentino, al personaje narrador brechtiano, a los grandes cómicos del cine mundial. De esa mixtura, surge el mismo, distinto a todos ellos, pero haciendo gala de conocerlos y haber logrado captar lo esencial de una técnica relacionada con la palabra, la gestualidad, y el uso en desequilibrio de un cuerpo / instrumento que emite sonidos que no son sólo audibles cuando salen de su garganta. Cuerpo que establece desde el movimiento, desde las acciones, su propia melodía, que acompaña y resemantiza la fuerza imperiosa de la palabra. Desde una pantalla leemos en espejo, lo que el personaje escribe desde una pequeña máquina, mientras Carmela duerme y el vela su sueño. Monólogo político, de larga tradición en el sistema teatral argentino, dividido en dos partes, donde vemos impresas en la pantalla de fondo, las palabras que forman parte del entramado narrativo, donde nada es dicho al azar. 

    Como nexo entre la primera y segunda parte, el cuento, el cuentito para que Carmela concilie el sueño y sueñe con un futuro de posibilidades: viajar a la luna desde el punto distante de la imaginación. La imaginación no sólo como constructora de relatos tranquilizadores sino como herramienta para producir una realidad, menos densa, menos dolorosa, pero tan real como la que surge del constructo histórico. Animarse a soñar, es animarse a crear otro mundo posible, parece decirle el personaje a Carmela; y el arte tiene la obligación de dejar ese legado a todos. El cuerpo del actor, pantalones rojos, remera rayada, saco negro y bombín, y un maquillaje que destaca la mirada, se mueve, pide, cuenta y reza los principios de una religión propia; una letanía donde todos tenemos uno o dos versos propios. Donde desde alguna de esas palabras como pedradas, sin pensarlo, estamos también. 

    Luces de bombilla, que recortan el espacio y remiten a las luces de los camarines, porque eso es lo que vemos, el momento de seudo descanso del actor donde debe cuidar niños para reunir lo suficiente, y que mientras tanto juega y construye con palabras el discurso emotivo dirigido al espectador y a Carmela. El Bachín teatro es un grupo que ya lleva doce años de trabajo en conjunto desarrollando los procedimientos del teatro épico; como ellos mismos afirmaban en una entrevista con motivo del estreno de La Comedia mecánica:
Lo que nosotros estamos haciendo es intentando desarrollar una línea de teatro épico: el Teatro de Berltod Brecht, algunos de sus lineamientos, fundamentalmente la idea de ir hacia la razón, por encima de la emoción, en todo caso sería la razón que empuja a la emoción. (Loreley Riccardi, 2007)
    La razón que hace que trabajen con la creencia en el poder de la palabra como acción, y además que recurran a la teatralidad que aportan otras disciplinas, la clownesca, por ejemplo, para reforzar lo enunciado; de la misma manera que las citas que aparecen en la pantalla de fondo y que aportan una cuota de legitimación y orientan en el punto de vista de la puesta en escena: Borges, Alfonsina Storni, El Che Guevara, Brecht. 

    Sin embargo, en Mientras cuido a Carmela, lo fantástico atraviesa la puesta, en el relato del viaje a la luna, que acompaña una visión en pantalla que recuerda a momentos del cine surrealista. Arte y vida, arte y sociedad que evitan el trabajo en solipsista que a veces seduce al artista en el goce de la experimentación. Con un trabajo cuidado, minucioso sobre la palabra y el cuerpo, la escritura dramática y la escénica de Iñurrieta, pone en acto su necesidad de darle a su labor un sentido que abarque al espectador potencial y a la sociedad toda, a quien va dirigida. Puesta que respeta al público, cuando apela a su razón y a su imaginación para la construcción palabra a palabra y gesto a gesto del entramado de una historia que nos pertenece a todos.


Por María de los Ángeles Sanz
http://lunateatral.blogspot.com.ar/2013/04/mientras-cuido-de-carmela-del-bachin.html?spref=fb

Mientras Cuido de Carmela

(Poético Monólogo de Humor Político)

Jueves 21.30hs. // Sala Raúl González Tuñón
Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini
Av. Corrientes 1543



Mientras cuido de Carmela plantea los conflictos de un comediante que intenta escribir una escena para su nueva obra teatral, mientras cuida por horas de una niña pequeña. Es una pieza teatral que pretende dialogar con el presente, con la poética y la política. Una búsqueda de sentido que encuentra su fundamento en la emoción, como uno de los valores más altos de la condición humana y como generador de todos nuestros actos y acciones. Elementos de la épica, de la lírica y la dramática se conjugan en este relato, llevado adelante por un personaje que trasunta entre el payaso rioplatense y el actor de corte brechtiano. Haciendo hincapié en la recuperación y re-valorización poética y estética del monólogo político, como tradición teatral y presente. 

Texto y Actuación: Manuel Santos Iñurrieta 
Música Original: Julieta Grinspan 
Asistencia Técnica: Marcos Peruyero y Jerónimo García 
Dirección: Manuel Santos Iñurrieta y el bachin teatro



Bachín el comediante, es un personaje que Manuel Santos Iñurrieta viene desarrollando hace varios años. Es una mezcla de payaso rioplatense y actor Brechtiano con el que trabaja  e investiga sobre la idea del monólogo político. Con este personaje llevó adelante la obra “Crónicas de un comediante” (2008), participó en “La gracia de tener” (2012), y produjo una serie de videos que pueden verse en internet  denominados “Comediante TV”. Hoy este personaje vuelve a escena con “Mientras cuido de Carmela”, nueva obra de el bachin teatro.